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Censura

El INE ordena a TV Notas y a una radiodifusora retirar sus contenidos alusivos a Moreno Valle

Sin Embargo

26 de noviembre 2016

El Instituto Nacional Electoral (INE) ordenó a la revista TV Notas y a la empresa Compañía Internacional de Radio y Televisión el retiro inmediato de toda la propaganda del Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, por considerar que se promociona de manera desmedida con miras a la elección presidencial del 2018.

A través de un comunicado, el organismo electoral señaló que la promoción del mandatario poblano en diversos medios de comunicación a nivel nacional contraviene el principio de equidad, pues su difusión puede ser considerada un acto anticipado de campaña.

En el comunicado se especifica que la Comisión de Quejas y Denuncias del INE le da un tiempo máximo de 12 horas, a partir de la notificación formal, a la revista TV notas para retirar todo el contenido relacionado con la entrega de la medalla al Mérito Universitario por parte de la Fundación UNAM a Rafael Moreno Valle Suárez, padre del gobernador, así como la publicidad en la que se presuman los logros de su gobierno.

Por si fuera poco, se ordena la suspensión de publicaciones futuras ya agendadas por el tema “Salud Universal” o contenido similar que contenga el nombre de Rafael Moreno Valle.

Estas medidas fueron aprobadas por los consejeros Beatriz Galindo, Adriana Favela y José Roberto Ruiz durante una sesión extraordinaria urgente.

En la misma sesión, la Comisión declaró improcedente una queja en contra de un spot en el que promueve una entrevista de Moreno Valle por canales de televisión de paga.

Esto, señala, por no poder acreditarse la difusión del material denunciado.

Sin embargo, se recomendó a los canales de tv de paga abstenerse de emitir contenido que sirva para promocionar al mandatario poblano.

El pasado 1 de noviembre el órgano electoral paró por completo cualquier promoción que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle pueda hacer para posicionar su nombre rumbo al proceso electoral de 2018 a la Presidencia de la República.

Primero, la Comisión de Quejas y Denuncias le ordenó suspender la transmisión de spots de radio en todo el país, de la revista Líderes que promociona al panista como “el nuevo presidenciable”.

Después, la consejera Beatriz Galindo solicitó una tutela preventiva para evitar que la revista utilice otros medios de promoción de su portada u otra palabra diferente a “presidenciable”

Pero además prohibió que el poblano busque otros medios para posicionar su nombre, sus logros gubernamentales o sus aspiraciones presidenciales.

 

Agresiones contra periodistas o medios

Los creadores de clics deben conocer a los periodistas reales

El Economista

Petula Dvorak / The Washington Post

26 de noviembre de 2016

Charnice Milton. Esa es la persona en quien esos dos chicos que preparan noticias falsas en un apartamento de California deberían de haber pensado durante este ciclo electoral.

Milton era una periodista de 27 años que fue asesinada en una parada de autobús en el sureste de Washington el año pasado de camino a casa, mientras cubría una reunión nocturna en Eastern Market.

Ella fue utilizada como un escudo humano en una pelea de armas, su muerte aún no ha sido resuelta. Y ella estaba en ese lugar mortal debido a la manera exacta con la que practicaba su oficio, el verdadero periodismo del que tanto se alejó América durante la campaña presidencial.

En lugar de confiar en el tipo de informes de calidad realizados por periodistas dedicados y capacitados que valoran los hechos, demasiados estadounidenses devoraron el tipo de falsas noticias de que personas como Paris Wade y Ben Goldman vomitaban en el universo.

“Nuestro público no confía en los medios de comunicación”, le dijo Goldman, de 26 años, a Terrence McCoy de The Washington Post, quien se pasó el tiempo con los falsos periodistas durante la semana electoral y que se describen como los “nuevos periodistas amarillos”.

Por favor, chicos. No se pueden llamar periodistas de ningún tipo.

Estos tontos, quienes hace seis meses eran trabajadores de restaurantes desempleados, ganan más dinero escribiendo noticias falsas de un casa de playa rentada en California que la extensa mayoría de los periodistas legítimos que dedican sus vidas a cubrir reuniones del consejo de ciudad o comunitarias, ellos se quedan hasta el final de una reunión tardía para asegurarse de que no se pierda una cosa. Al igual que Milton.

Los vendedores de noticias falsas no salen de su apartamento para encontrar sus historias, no entrevistan a ningún humano, no tienen ninguna fuente.

Ellos forman parte del imperio del petróleo de serpiente que tuvo más participación en Facebook en los últimos tres meses de la campaña presidencial “que las principales historias de los principales medios de noticias como The New York Times, The Washington Post, Huffington Post, NBC News y otros”, según un análisis de BuzzFeed.

“No hay mucho pensamiento puesto en esto”, dijo Wade a The Washington Post respecto de la forma en que fabrica falsas historias desde su sofá, tales como: “ÚLTIMA HORA: ¡Michelle Obama celebra mitin feminista en su casa de esclavos!” o “¡LA VERDAD ES REVELADA! Los medios no quieren que veas lo que Hillary hizo después de perder”.

¿Y qué obtienen de esto? “USTED ES EL ÚNICO EN QUE CONFIÉ PARA REPORTAR LA VERDAD”. Ese es el tipo de amor que reciben de un lector fiel.

Quisiera que los lectores así tuvieran la oportunidad de pasar el rato con estos dos chicos, que trolean al universo desde su sala de estar, a veces ganando el salario anual del trabajador americano promedio en sólo un mes de noticias fabricadas. Y entonces desearía que esos lectores hubieran seguido a Milton durante un día.

Milton no era uno de los corresponsales extranjeros de The Washington Post que evitaban disparos en una zona de guerra. Tampoco estaba ensangrentada mientras trataba de entrevistar a la gente durante un disturbio. Y no estaba corriendo hacia un tornado mortal mientras todos los demás corrían en la otra dirección. Esas son todas las cosas que los verdaderos periodistas hacen. El año pasado al menos 72 periodistas fueron asesinados en todo el mundo haciendo algunas de esas cosas, según el Comité para Proteger Periodistas.

Milton estaba en una reunión de la comunidad de noche a la crónica de insignificantes detalles sobre el estacionamiento de comerciantes, los días del mercado, los folletos del vecindario y el progreso de la construcción. Son el tipo de historias que casi todos los periodistas reales han escrito en algún momento de sus carreras.

Y, como muchos de ellos, Milton estaba decidida a quedarse hasta el final de la reunión para que no se le perdiera ningún hecho. Un voto. Un tema. Así que lo hizo por el bien de sus lectores.

Y debido a que ella se quedó más tiempo, tuvo que tomar un autobús tarde, lo que la puso en un lugar inseguro y la llevó a su muerte. El tipo de reporte que hizo está en peligro de desaparecer mientras los periódicos locales luchan por ganar dinero en la era digital. Y la explosión de falsas noticias ha erosionado aun más el panorama mediático.

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo la semana pasada que la compañía está tratando de encontrar maneras de frenar los engaños y los reportes falsos se difunden a través del mundo usando su plataforma.

“Los problemas aquí son complejos, tanto técnica como filosóficamente”, escribió Zuckerberg en un post, explicando que Facebook tiene un equilibrio en encontrar el lugar correcto entre la censura y la propagación de falsedades peligrosas.

Cualquiera que se preocupe por la democracia en la era de Trump: no hay nada más inquietante que dos chicos sentados en un sofá fabricando historias y contando el dinero que reciben con miles de clics. Charnice Milton no hizo eso. Tenemos que encontrar una forma de honrar su vida y trabajo valorando la información real.

Petula Dvorak es columnista para The Washington Post.