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Por: Fabián Ramírez Flores

 El último editorial de QUID del semestre agosto-diciembre, lo dedicaremos a la cobertura que han hecho los diarios locales sobre la Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara. Además, les daré una adelantada del Informe 2010 que ha estado preparando este observatorio de medios.

“Me siento como  la Julia Roberts de la literatura”, expresó la escritora mexicana Margo Glantz, al recibir el Premio FIL de Literatura 2010 el pasado sábado, en el repleto auditorio Juan Rulfo. Así como muchas casas productoras quisieran tener en sus películas a la actriz a la que se refirió Glantz, la FIL es el evento que ningún medio de comunicación quiere dejar de tener en sus pantallas, bocinas o en sus páginas.

La batalla en los medios impresos empezó desde semanas antes que diera inicio la FIL. Todos planeaban los suplementos especiales que publicarían durante los días de la feria. Desde al sábado por fin los lectores vimos los resultados de esos planes. En algunos se notó un mayor cambio que en otros.

Público-Milenio siguió imprimiendo las ya conocidas páginas de “Filias”, pero a diferencia del año pasado, en 2010 no le dedicó el mismo espacio en su página de internet, el cual decayó en su estructura y diseño, mientras que El Informador lanzó el suplemento llamado, sin mucha creatividad, “La Feria”, donde en comparación con 2009, además de dar cobertura a los eventos que los editores consideraron importantes, todos los días han estado publicando un reportaje especial relacionado con alguno de los temas que se han discutido en las instalaciones de la cada vez más renovada Expo Guadalajara.

Parece que esta vez se le prendió el foco a El Informador y no dejó de aprovechar a sus recursos humanos, entre ellos practicantes de diversas universidades, para mantener en su portal un micrositio constantemente actualizado con el acontecer de la FIL. Sin embargo, para este diario la premura del tiempo juega un papel importante, que en muchos de los casos no trae beneficios a los lectores, pues por querer ser los primero en “subir la nota”, los cibernautas se topan con textos mal redactados, con “horrores de dedo”, y sin mucho ingenio, en algunos casos, compensado con crónicas de periodistas experimentados y con textos de reporteros sin mucha práctica pero que aprovechan la ocasión para redactar lo mejor posible y así sea reconocida su labor.

Ahora les daré algunas cifras para entender la maquinaria de las publicaciones “enfiladas”. En algunos periódicos hay más reporteros cubriendo la FIL que en otros. Tomamos como evidencia las publicaciones del martes pasado. En “FIL 10” de Mural, aparecieron ocho créditos, es decir ocho nombres de los diferentes reporteros que escribieron todas las notas de este suplemento, en “Filias” de Público-Milenio la cantidad se repitió, en “La Feria” de El Occidental aparecieron siete créditos, tres de estos colocados en un paréntesis que resguarda la palabra “colaboración”, seguida del autor del texto. En el caso de El Informador, en su suplemento impreso, también llamado “La Feria”, no se puedo realizar el conteo debido a la ya vieja y para algunos absurda regla de que las notas aparecen sin autoría.

Sin embargo ésta no aplicó en su sitio de internet, donde encontramos al menos 20 nombres diferentes al pie de los textos.

El caso más pobre, por su contenido, fue el del periódico Ocho Columnas, pues el pasado martes sólo dedicó sus dos páginas de la sección “Cultura” a los eventos ocurridos en la FIL, cinco de sus notas provenían de la agencia Notimex y sólo un texto sobre el libro Maciel que escribió la periodista Carmen Aristegui, fue redactado por un reportero de dicho diario, aunque este no tenía estructura de entrevista como fue etiquetado.

La coincidencia entre todas estas publicaciones, es la poca publicidad que se puede ver en sus páginas, quizá, en cierta medida por la falta de una buena estrategia de los departamentos de mercadotecnia de estas empresas editoriales para lograr una venta mayor de centímetros por página, entre otras razones relacionadas con el prejuicio que tienen los empresarios de que la cultura en los diarios no vende, aunado a los hábitos de consumo de los lectores, lo que  necesitaría un análisis más extenso del que se podría hacer en este espacio.

En esta ocasión tal parece que los medios de comunicación impresa se han concentrado en ofrecer a sus lectores un panorama amplio de lo que sucede en esta edición de la FIL más que en obtener jugosas ganancias de estas ediciones especiales. En medio de la batalla que cada periódico enfrenta por colocarse en el gusto de los lectores, éstos son los más beneficiados cuando los diarios quieren ofrecer productos de calidad, aunque aún no lo logran del todo en el periodismo cultural.

Aunque los medios de comunicación luchen por mantener las mejores relaciones públicas con los organizadores de la FIL, ningún medio ha dejado de publicar, con sus diferentes matices, las discusiones que siguen enfrentando la Universidad de Guadalajara y el Gobierno del Estado de Jalisco por un aumento en el presupuesto a dicha casa de estudios.

El año se termina y el Informe se aproxima

Los suplementos de la FIL  sólo circularán tres días más, el resto del año los lectores de los diarios se quedaran con las escasas páginas dedicas a las actividades artísticas y culturales de la ciudad. Precisamente la decadencia del periodismo cultural tapatío será uno de los temas analizados en el Informe 2010 de Quid que presentaremos el próximo año, en el cual, asimismo, se expondrán diversas cuestiones relacionadas con el actuar de los medios de comunicación, la transparencia y el derecho a la información.

Las denuncias a servidores públicos que brillan por su falta de transparencia, la lucha por una nueva ley de medios, un amplio y profundo análisis sobre la prensa local, que incluye las amenazas y agresiones a periodistas así como una exploración al trabajo de los reporteros y editores de las secciones de nota roja, un relato de cómo Megacable se ha fortalecido económicamente y ha ganado poder territorial, entre otros temas, ya darán materia a discutir entre los propios medios, estudiantes y académicos. 

El reto al que se enfrentará Quid en 2011 es mejorar la calidad de los productos que ofrece a sus lectores y radioescuchas, a la par de socializarlos ya no únicamente por los medios digitales sino a través de otros medios tradicionales, todo con el propósito de establecer un mayor diálogo con los propios medios locales, con académicos y estudiantes, pero sobre todo con los ciudadanos que no están acostumbrados a ver desde este ángulo lo que consumen en la radio, la televisión y la prensa, y así entonces las observaciones densas, análisis profundos e interpretaciones rigurosas que se hagan en Quid, puedan servir como rutas para mejorar el andar de los medios.