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Reconocimientos

Homenaje a Javier Valdez y colecta de libros: el efecto sanador de la FIL del Zócalo 2017

Animal Político

Redacción

11 octubre de 2017

Este jueves, 12 de octubre, arrancan las actividades de la Feria Internacional del Libro del Zócalo (FIL), cuya edición 2017 tendrá en su centro el homenaje al periodista Javier Valdez, a través del foro que lleva su nombre, en donde se concentrarán artistas, filósofos, periodistas, escritores e historiadores, para compartir con los lectores “el efecto sanador, balsámico, que tienen los libros y todo lo que se mueve en torno a ellos, en momentos de crisis como estos que atraviesa México”.

El novelista e historiador Paco Ignacio Taibo II, integrante de la Brigada Para Leer en Libertad –el colectivo encargado de las actividades en el Foro Javier Valdés–, aseguró que, tras los sismos de septiembre, y en el contexto de violencia y de lucha político-electoral, “el libro nos sana, por su solidaridad y por su canto, pero también porque nos permite reunirnos y discutir estos temas, nos permite vernos de nuevo, en términos de absoluta libertad de expresión”.

Además de que se regalarán libros, y otros se ofertarán a precios “bajísimos, porque logramos buenos descuentos con las editoriales para que, por ejemplo, libros de 300 se vendan a 30 o 50 pesos”, el Foro Javier Valdez será sede de debates de análisis sobre las coincidencias y diferencias entre las consecuencias sociales de los sismos del 85, y las de los sismos de 2017; se discutirá la violencia contra periodistas, desde la óptica de las y los reporteros que trabajan en provincia; así como la impunidad en el caso Ayotzinapa.

En relación con el sismo, Súper Barrio (emblema de uno de los principales movimientos de damnificados de 1985), el académico Humberto Musacchio y el abogado Jesús Robles Maloof expondrán el próximo domingo la experiencia de los brigadistas populares que entonces salieron a remover escombros y salvar sobrevivientes, y analizarán, desde una perspectiva histórica, la respuesta de las autoridades durante los pasados sismos de septiembre.

El debate sobre violencia contra los periodistas se realizarán una semana después, el sábado 21, con la presentación del libro “Romper el silencio”,antología de periodistas del interior de la República que libran en primera fila la lucha por informar, en contextos de acoso y violencia extrema, acto que será aprovechado para rendir un homenaje al periodista Javier Valdez, encabezado por su hijo, Francisco.

Nuevas anécdotas

Luego de los sismos del 7 y 19 de septiembre, la Brigada Para Leer en Libertad inició una colecta de libros, especialmente enciclopedias, para las escuelas de Oaxaca, que resultaron dañadas.

“Las mandamos a través de la Sección XXII (del sindicato magisterial, adscrita a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) para garantizar que lleguen. Nos preguntamos a quién se las podíamos hacer llegar, para que fuera seguro que las entregaran, y se los dimos a los maestros de la CNTE”, quienes comenzaron el acopio de ayuda desde el 8 de septiembre, explicó Paloma Sáenz, integrante también de la Brigada.

Esta colecta continuará durante los diez días de la Feria del Libro del Zócalo.

“La gente piensa que una enciclopedia (impresa) en la era del internet es innecesaria en su casa, pero hay una escuela en la sierra a la que le hace mucha falta –añadió Taibo II–. De Chiapas nos escribieron, de una escuelita, para decirnos que sólo tienen cuatro libros; en la Ciudad de México vamos a entregar ocho bibliotecas, seis de esas escuelas tenían ya libros, muy pocos, y dos no tenían ninguno… Hace tres años se nos acercaron de la Universidad Pedagógica en Acapulco, para decirnos que no tenían un solo libro, y les juntamos 4 mil. Entonces, donde hay sociedad civil organizada no tiene nada qué hacer el Estado, y donde el aparato del Estado interviene, este país se pudre, por incapacidad, por frivolidad, por autoritarismo pendejo”.

Además de esta colecta de libros, detalló Paloma, en coordinación con un grupo de arquitectos y expertos en protección civil, la Brigada diseñó un folleto con recomendaciones para responder ante un sismo, “y se van a repartir 30 mil ejemplares en la Feria”.

Pero también es necesario considerar que “más allá de la obligación fundamental de todos de sumarnos a la reconstrucción –señaló Taibo II–, hay que meterle otras anécdotas a la vida, sin olvidar esto que pasó: no habrá olvido, habrá memoria, y no habrá perdón. Pero yo mismo me he descubierto contando las mismas putas anécdotas (sobre el sismo) como 25 veces en las últimas dos semanas.”

Bajo esta lógica, señaló el impulsor de la novela negra en México, el foro Javier Valdez de la Feria Internacional del Libro del Zócalo servirá también para hacer un repaso por momentos y personajes del pasado, cuyo necesidad de atención se mantiene vigente: Cuauhtémoc Cárdenas, acompañado de Armando Bartra, encabezará una conversación sobre su padre, el general Lázaro Cárdenas del Río; habrá “tendederos de poesía rusa de la revolución”, así como una charla sobre la faceta de escritor del guerrillero Ernesto Che Guevara.

Y también se jugará a imaginar: “Hicimos un foro que promete mucho, que se llama ‘¿Qué hubiera pasado si…?’, en donde autores, novelistas e historiadores jugarán con la historia: vamos a preguntarnos cosas como ¿qué hubiera pasado si Hitler triunfa como pintor en Viena, en sus años de juventud, y ya no dirige el nazismo? O, ¿qué hubiera pasado si le partimos la madre a los gringos en Palo Alto y nunca llegan a la Ciudad de México y nos quedamos con California, y entonces el Indio Fernández dirige a Chaplin en Hollywood, que no se llamaría así, sino Sacromonte?”

Todo esto, con cacerolazos de fondo patrocinados por Salario Mínimo, El Mastuerzo, Rafael Catana, Gerardo Enciso, Las Swing Sisters y Los Brass, entre otros.

 

Condiciones laborales

Curzio, la radio y la censura

Sin Embargo

Gabriel Sosa Plata

10 de octubre de 2017

Hasta ahora parece existir un consenso general, incluso entre los directamente involucrados: la salida de Leonardo Curzio, así como de María Amparo Casar y Ricardo Raphael, de NRM Comunicaciones, no fue por un “recorte” o “ajuste” de personal en la empresa o que el espacio en el que participaban (“La tertulia”) no haya sido rentable, sino un acto de censura.

¿De dónde provino la orden o sugerencia? No se sabe y quizás nunca lo sepamos. Es más, cabe la hipótesis que ni siquiera se haya solicitado la cabeza de alguien en específico. En las reglas no escritas de la industria de la radiodifusión y el poder político no hace falta ser explícito. El empresario radiofónico suele tomar una decisión basado en su intuición y lo que se pone en juego si genera la molestia del funcionario público, del líder partidista o del mismo Presidente de la República por algo que se dijo o se diga cotidianamente en algún programa

Edilberto Huesca habría actuado como lo hizo Guillermo Salas Peyró cuando decidió despedir al maestro Miguel Ángel Granados Chapa en 1993, también del NRM. La empresa, entonces en manos de la familia Salas y que tenía entre sus socios a un destacado priista, Luis M. Farías, explicó que el noticiario que conducía Granados Chapa tenía audiencias bajas.

No obstante, la decisión de sacarlo del aire vino luego de la amenaza de revocar la concesión de la XEPH-AM, entonces X’Press Radio, por transmitir en inglés sin autorización de la Secretaría de Gobernación. El procedimiento de quitarle la frecuencia se originó, casualmente, después de que el periodista entrevistara al entonces candidato presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas. Así que no hizo falta decirle a Salas que Granados Chapa era una figura molesta en la radio. El radiodifusor entendió el mensaje y actuó.

La historia de la censura directa e indirecta en la radio está plagada de hechos similares en la era del partido único y aún durante los gobiernos panistas. La salida o despido de periodistas como José Gutiérrez Vivó, Pepe Cárdenas, Carlos Puig, Enrique Quintana, Ramsés Ancira, Rubén González Luengas, Francisco Huerta, Pedro Ferriz de Con y muchos más se concretó a partir de un episodio editorial que enfureció a algún político o funcionario, pero los radiodifusores han asumido en general los costos de su decisión bajo argumentos endebles, como el utilizado por Huesca.

En 2011, Joaquín Vargas, presidente de MVS Comunicaciones, despidió a la periodista Carmen Aristegui porque supuestamente violó el código de ética (no difundir rumores) al hacer comentarios sobre un probable alcoholismo del ex Presidente Calderón. Meses después de ese mismo año, el empresario reveló públicamente que detrás del despido de la periodista y la presión para que no la recontratara estuvieron involucrados diversos funcionarios públicos.

A diferencia de la mayoría de sus colegas, Vargas no guardó silencio, aunque lo motivó la decisión del gobierno calderonista de no prorrogar sus concesiones en la banda 2.5 GHz. Sin este último elemento, quizás nos habríamos quedado con la versión que se trató de un diferendo ético entre empresa y periodista, y no por la presión gubernamental.

En 2015, Vargas volvió a expulsar a Carmen Aristegui de la radio. La misma periodista ha dicho que el origen fue el reportaje sobre la “casa blanca” del Presidente Peña Nieto. La empresa sostiene que no fue por presión del gobierno, sino por violaciones al contrato que tiene firmado con la periodista. La versión tampoco convence, pero la familia Vargas se ha sostenido en su posición por algún hecho que desconocemos. “Si un moderado pierde su trabajo por esto ¿qué va a pasar con los periodistas que investigan temas sensibles?”, se pregunta Leonardo Curzio en una entrevista a Homero Campa, publicada por revista Proceso de esta semana. Y tiene razón.