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Busca EU blindar elecciones ante hackeos

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Michael Wines / The NYT News Service

14 octubre 2017

Funcionarios electorales de Estados Unidos, preocupados por la integridad de sus sistemas de votación electrónica, buscan hacerlos más seguros antes de las elecciones intermedias de 2018.

En gran parte como reacción a los esfuerzos rusos por intervenir en las elecciones presidenciales del año pasado, un número creciente de estados iniciaron medidas para mejorar las bases de datos electorales y las máquinas de votación, e incluso han agregado a expertos en seguridad cibernética a sus equipos.

Los esfuerzos, tanto demócratas como republicanos, equivalen a la revisión más grande de la infraestructura de votación del país desde que las elecciones presidenciales impugnadas en 2000 terminaron con boletas y máquinas de votar con palancas mecánicas.

Un objetivo es prepararse para las elecciones de 2018 y 2020 mediante la mejora y la seguridad de los sistemas de votación. Otro es detectar y desactivar los intentos de desincentivar la participación e influir en los resultados electorales al apuntar a los votantes con informes de noticias falsas y publicaciones en redes sociales.

Expertos han advertido durante años que los sistemas electorales están desactualizados; sin embargo, las elecciones de 2016 pusieron al descubierto la gravedad de la amenaza.

Aunque funcionarios federales niegan que los resultados hayan sido alterados, una investigación de The New York Times reveló en septiembre que los sistemas electorales de al menos 21 entidades estuvieron bajo la mira de operadores rusos.

El equipo de elecciones de Virginia del Este agregó un experto en seguridad cibernética de la Guardia Nacional. Colorado y Rhode Island ahora verificarán los resultados de las elecciones a través de un procedimiento estadístico avanzado llamado auditoría de limitación de riesgos.

Delaware se alista a reemplazar un sistema de votación electrónico de 21 años de antigüedad que no deja un registro en papel de los votos a ser auditados.

«Esa es la manera en que los rusos nos están atacando ahora, tratando de erosionar la confianza en nuestro proceso democrático», aseguró Mac Warner, secretario de Estado de Virginia del Este.

«Tenemos que asegurarles a nuestros ciudadanos que somos conscientes de estos ataques, que tenemos asistencia para contrarrestarlos y que, cuando ocurren, no tienen que asustarse, hay recursos a los que podemos recurrir».

El mes pasado, un panel de expertos electorales estatales, federales y privados completó una amplia revisión de las directrices para los fabricantes de nuevos equipos de votación, la primera revisión importante en una docena de años.

Si bien las pautas son voluntarias, están respaldadas por todos menos tres estados, por lo que los fabricantes deben cumplir efectivamente con los nuevos estándares para vender sus equipos en la mayor parte del país.

Las nuevas pautas incluyen, por primera vez, el requisito de que los dispositivos de votación produzcan registros escritos que puedan ser verificados y que los errores de software o hardware no puedan llevar a resultados indetectables,

Con ello, se espera que estimulen el desarrollo de una nueva generación de equipos más baratos y más seguros, dijo Matthew Masterson, el presidente de la Comisión de Asistencia Electoral federal.

Las directrices compartidas permitirían el despliegue de software electoral en productos como tabletas y iPads, que podrían estar listos para las elecciones de 2020, en lugar de forzar a 50 estados a armar sus propios sistemas.

Sin embargo, el dinero sigue siendo el mayor obstáculo para una revisión completa del sistema. Muchas jurisdicciones confían en los equipos comprados después de la Ley de Ayuda América de 2002, la respuesta del Congreso a los problemas expuestos en las elecciones presidenciales de 2000, asignó casi 4 mil millones de dólares para nuevas máquinas y otras reformas.

Muchas de esas máquinas se encuentran al final de sus vidas útiles o más allá de ellas; Georgia llevó a cabo las elecciones de noviembre sobre máquinas de votación con Windows 2000, y partes de Pensilvania dependían de Windows XP.

La Comisión Electoral de Carolina del Sur estima que podría costar 40 millones de dólares reemplazar el anticuado equipo de voto del estado con máquinas que utilizan papeletas auditables en papel. Hasta ahora, la Legislatura del Estado ha aportado sólo 1 millón, dijo Chris Whitmire, un portavoz de la comisión.

«Estamos usando el mismo equipo que hemos usado desde 2004», aseguró.

Pero incluso los estados que no pueden pagar máquinas más seguras están tomando medidas para endurecer sus sistemas electorales y reforzar la confianza pública en la votación.

Los funcionarios electorales estatales ahora están en contacto regular con las agencias federales de seguridad e inteligencia sobre las amenazas al voto, dijo Trevor Timmons, el director de información de Wayne W. Williams, el secretario de Estado de Colorado.

«He pasado más tiempo hablando con agencias de tres letras en el último año que en toda mi carrera», dijo.

 

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Diario Reforma

Michael Wines / The NYT News Service

14 de octubre de 2017

Funcionarios electorales de Estados Unidos, preocupados por la integridad de sus sistemas de votación electrónica, buscan hacerlos más seguros antes de las elecciones intermedias de 2018.

En gran parte como reacción a los esfuerzos rusos por intervenir en las elecciones presidenciales del año pasado, un número creciente de estados iniciaron medidas para mejorar las bases de datos electorales y las máquinas de votación, e incluso han agregado a expertos en seguridad cibernética a sus equipos.

Los esfuerzos, tanto demócratas como republicanos, equivalen a la revisión más grande de la infraestructura de votación del país desde que las elecciones presidenciales impugnadas en 2000 terminaron con boletas y máquinas de votar con palancas mecánicas.

Un objetivo es prepararse para las elecciones de 2018 y 2020 mediante la mejora y la seguridad de los sistemas de votación. Otro es detectar y desactivar los intentos de desincentivar la participación e influir en los resultados electorales al apuntar a los votantes con informes de noticias falsas y publicaciones en redes sociales.

Expertos han advertido durante años que los sistemas electorales están desactualizados; sin embargo, las elecciones de 2016 pusieron al descubierto la gravedad de la amenaza.

Aunque funcionarios federales niegan que los resultados hayan sido alterados, una investigación de The New York Times reveló en septiembre que los sistemas electorales de al menos 21 entidades estuvieron bajo la mira de operadores rusos.

El equipo de elecciones de Virginia del Este agregó un experto en seguridad cibernética de la Guardia Nacional. Colorado y Rhode Island ahora verificarán los resultados de las elecciones a través de un procedimiento estadístico avanzado llamado auditoría de limitación de riesgos.

Delaware se alista a reemplazar un sistema de votación electrónico de 21 años de antigüedad que no deja un registro en papel de los votos a ser auditados.

«Esa es la manera en que los rusos nos están atacando ahora, tratando de erosionar la confianza en nuestro proceso democrático», aseguró Mac Warner, secretario de Estado de Virginia del Este.

«Tenemos que asegurarles a nuestros ciudadanos que somos conscientes de estos ataques, que tenemos asistencia para contrarrestarlos y que, cuando ocurren, no tienen que asustarse, hay recursos a los que podemos recurrir».

El mes pasado, un panel de expertos electorales estatales, federales y privados completó una amplia revisión de las directrices para los fabricantes de nuevos equipos de votación, la primera revisión importante en una docena de años.

Si bien las pautas son voluntarias, están respaldadas por todos menos tres estados, por lo que los fabricantes deben cumplir efectivamente con los nuevos estándares para vender sus equipos en la mayor parte del país.

Las nuevas pautas incluyen, por primera vez, el requisito de que los dispositivos de votación produzcan registros escritos que puedan ser verificados y que los errores de software o hardware no puedan llevar a resultados indetectables,

Con ello, se espera que estimulen el desarrollo de una nueva generación de equipos más baratos y más seguros, dijo Matthew Masterson, el presidente de la Comisión de Asistencia Electoral federal.

Las directrices compartidas permitirían el despliegue de software electoral en productos como tabletas y iPads, que podrían estar listos para las elecciones de 2020, en lugar de forzar a 50 estados a armar sus propios sistemas.

Sin embargo, el dinero sigue siendo el mayor obstáculo para una revisión completa del sistema. Muchas jurisdicciones confían en los equipos comprados después de la Ley de Ayuda América de 2002, la respuesta del Congreso a los problemas expuestos en las elecciones presidenciales de 2000, asignó casi 4 mil millones de dólares para nuevas máquinas y otras reformas.

Muchas de esas máquinas se encuentran al final de sus vidas útiles o más allá de ellas; Georgia llevó a cabo las elecciones de noviembre sobre máquinas de votación con Windows 2000, y partes de Pensilvania dependían de Windows XP.

La Comisión Electoral de Carolina del Sur estima que podría costar 40 millones de dólares reemplazar el anticuado equipo de voto del estado con máquinas que utilizan papeletas auditables en papel. Hasta ahora, la Legislatura del Estado ha aportado sólo 1 millón, dijo Chris Whitmire, un portavoz de la comisión.

«Estamos usando el mismo equipo que hemos usado desde 2004», aseguró.

Pero incluso los estados que no pueden pagar máquinas más seguras están tomando medidas para endurecer sus sistemas electorales y reforzar la confianza pública en la votación.

Los funcionarios electorales estatales ahora están en contacto regular con las agencias federales de seguridad e inteligencia sobre las amenazas al voto, dijo Trevor Timmons, el director de información de Wayne W. Williams, el secretario de Estado de Colorado.

«He pasado más tiempo hablando con agencias de tres letras en el último año que en toda mi carrera», dijo.