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Agresiones contra periodistas o medios

Trump intensifica ataques contra el NYT

La Jornada

Afp

26 de febrero 2017

Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó este domingo su enfrentamiento con los medios, un día después de anunciar que no acudirá a la gala anual de corresponsales en la Casa Blanca, algo inédito en 36 años.

Trump criticó a The New York Times por el anuncio televisivo que prevé emitir en la noche del domingo, durante la ceremonia de entrega de los premios Óscar, en el que el diario declara «La verdad es ahora más importante que nunca».

«Por primera vez, el deteriorado @nytimes pondrá un anuncio (y uno malo) para intentar rescatar su fallida reputación. ¡Intenten informar de forma exacta y justa!», tuiteó Trump este domingo.

El diario neoyorquino también publicó hoy una plana en la que se leen frases como: “La verdad es dura”, “está escondida”, “es difícil de escuchar”, “es necesaria”, “no es tan obvia”, “es difícil de aceptar”, “es poderosa”, “está bajo ataque”, “vale la pena defenderla” y es “más importante ahora que nunca”.

El sábado, el mandatario había anunciado que no acudiría a la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca que, cada año, reúne en un hotel de Washington a lo más selecto de la prensa, del mundo político estadounidense y a celebridades.

«No asistiré a la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca este año. ¡Mis mejores deseos para todos y que disfruten de la velada!», escribió Trump en Twitter.

Al boicotear este evento, Trump rompe con una tradición iniciada en 1921 y en cuya ocasión el presidente de Estados Unidos pronuncia un discurso en el que se ríe de sí mismo y se burla de sus adversarios políticos.

La última vez que un presidente se ausentó de esta cita anual fue en 1981, cuando Ronald Reagan se recuperaba de un disparo tras un intento de asesinato. No obstante, Reagan hizo acto de presencia con una llamada telefónica.

Antes de eso, Richard Nixon, quien menospreciaba a los medios, se saltó el evento en 1972.

Durante su campaña electoral, Donald Trump criticó en varias ocasiones a los medios más populares de Estados Unidos. Desde que llegó a la presidencia, esos ataques no han hecho más que aumentar, calificándolos de «medios deshonestos» y acusando a varios de ellos de «enemigos del pueblo».

Libertad de expresión

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, que organiza esta cena para recaudar fondos para financiar becas de periodismo, afirmó que la gala se llevaría a cabo, como previsto, el 29 de abril.

La cena «ha sido y seguirá siendo una celebración de la Primera Enmienda (sobre la libertad de expresión) y del importante papel que desempeñan los medios independientes en una república sana», tuiteó el presidente de la asociación, Jeff Mason.

Algunos grupos ya anunciaron su salida de otros eventos relacionados con la cena. Por ejemplo, Conde Nast, editora de revistas como The New Yorker y Vanity Fair, canceló sus exclusivas fiestas previa y posterior a la gala, y Bloomberg aparentemente retirará su patrocinio del evento.

El propio The New York Times se ha ausentado de este evento durante años, para evitar las acusaciones de que sus periodistas son demasiado cercanos a la Casa Blanca.

Esta decisión de Trump se sumó a lo ocurrido el viernes, cuando su gobierno impidió a los periodistas de The New York Times y de CNN, entre otros, el ingreso a la sesión informativa diaria que se ofrece en la Casa Blanca, mientras que medios más pequeños que realizan una cobertura más favorable a Trump sí fueron admitidos.

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca protestó de su lado «de forma enérgica» contra esta iniciativa de negar el acceso de forma selectiva.

 

Trump intensifica su enemistad con los medios

El Informador

26 de febrero de 2017

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó este domingo su enfrentamiento con los medios, un día después de anunciar que no acudirá a la gala anual de corresponsales en la Casa Blanca, algo inédito en 36 años.

Trump criticó a The New York Times por el anuncio televisivo que prevé emitir en la noche del domingo, durante la ceremonia de entrega de los premios Óscar, en el que el diario declara «La verdad es ahora más importante que nunca».

«Por primera vez, el deteriorado @nytimes pondrá un anuncio (y uno malo) para intentar rescatar su fallida reputación. ¡Intenten informar de forma exacta y justa!», tuiteó Trump este domingo.

El sábado, el mandatario había anunciado que no acudiría a la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca que, cada año, reúne en un hotel de Washington a lo más selecto de la prensa, del mundo político estadounidense y a celebridades.

«No asistiré a la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca este año. ¡Mis mejores deseos para todos y que disfruten de la velada!», escribió Trump en Twitter.

Al boicotear este evento, Trump rompe con una tradición iniciada en 1921 y en cuya ocasión el presidente de Estados Unidos pronuncia un discurso en el que se ríe de sí mismo y se burla de sus adversarios políticos.

La última vez que un presidente se ausentó de esta cita anual fue en 1981, cuando Ronald Reagan se recuperaba de un disparo tras un intento de asesinato. No obstante, Reagan hizo acto de presencia con una llamada telefónica.

Antes de eso, Richard Nixon, quien menospreciaba a los medios, se saltó el evento en 1972.

Durante su campaña electoral, Donald Trump criticó en varias ocasiones a los medios más populares de Estados Unidos. Desde que llegó a la presidencia, esos ataques no han hecho más que aumentar, calificándolos de «medios deshonestos» y acusando a varios de ellos de «enemigos del pueblo».

Libertad de expresión

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, que organiza esta cena para recaudar fondos para financiar becas de periodismo, afirmó que la gala se llevaría a cabo, como previsto, el 29 de abril.

La cena «ha sido y seguirá siendo una celebración de la Primera Enmienda (sobre la libertad de expresión) y del importante papel que desempeñan los medios independientes en una república sana», tuiteó el presidente de la asociación, Jeff Mason.

Algunos grupos ya anunciaron su salida de otros eventos relacionados con la cena. Por ejemplo, Conde Nast, editora de revistas como The New Yorker y Vanity Fair, canceló sus exclusivas fiestas previa y posterior a la gala, y Bloomberg aparentemente retirará su patrocinio del evento.

El propio The New York Times se ha ausentado de este evento durante años, para evitar las acusaciones de que sus periodistas son demasiado cercanos a la Casa Blanca.

Esta decisión de Trump se sumó a lo ocurrido el viernes, cuando su gobierno impidió a los periodistas de The New York Times y de CNN, entre otros, el ingreso a la sesión informativa diaria que se ofrece en la Casa Blanca, mientras que medios más pequeños que realizan una cobertura más favorable a Trump sí fueron admitidos.

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca protestó de su lado «de forma enérgica» contra esta iniciativa de negar el acceso de forma selectiva.

 

¿Trump le declara la guerra a periodistas con el silencio?

El Economista

PAUL FARHI / THE WASHINGTON POST

26 de febrero de 2017

Una frase reveladora ha aparecido en varias noticias importantes sobre el gobierno de Trump en los últimos días: la Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios.

No fue un “la Casa Blanca se negó a comentar” o un “nos pondremos en contacto contigo”, sino­ ninguna respuesta en absoluto cuando los periodistas han pedido a la Casa Blanca su versión sobre los acontecimientos.

En un momento en que el presidente Trump ha declarado a los medios de comunicación el “enemigo del pueblo estadounidense”, el silencio oficial de la Casa Blanca ha dejado a algunos periodistas preguntándose si la falta de respuestas son mera indiferencia o una estrategia para desacreditar a la prensa destacando los defectos después de su publicación en lugar de hacerlo de antemano.

Por su parte, la Casa Blanca —que sí respondió a esta historia— culpa a los periodistas por no haber intentado lo suficiente como para conseguir la versión oficial sobre la noticia. “Tenemos un historial increíble de respuestas a los medios”, dijo el secretario de prensa, Sean Spicer, en una entrevista. Algunos periodistas, comentó, no siguen los procedimientos establecidos para obtener una respuesta o hacen el “mínimo esfuerzo” en el plazo de sus entregas, dejando a los funcionarios poco o ningún tiempo para responder.

“¿Dónde está el artículo o la controversia sobre los muchos reporteros que redactan o tuitean sin llamar o escribir en busca de un comentario oficial?”, preguntó Spicer.

Las variaciones del discurso de que la Casa Blanca no respondió aparecieron en las revelaciones del Wall Street Journal de que miembros de la comunidad de inteligencia han estado reteniendo información del presidente Trump por preocupación de que se filtren; en un artículo del New York Times sobre los primeros esquemas de los planes de presupuesto federal de Trump; y un informe de la Associated Press de la semana pasada en torno a que la administración había redactado una orden ejecutiva para movilizar a más de 100,000 soldados de la Guardia Nacional para ayudar a “reunir” a los inmigrantes indocumentados.

Poco después de la aparición de la historia de la AP, Spicer dijo a periodistas que viajaban en el Air

Force One con el presidente que el artículo de la Guardia Nacional era “100% falsa… Es irresponsable decir esto”. También dijo: “Ojalá hubieran preguntado antes de tuitear”. Excepto que la AP dijo que hizo exactamente eso pero nunca recibió una respuesta.

La portavoz de la AP, Lauren Easton­, proporcionó los correos de la reportera de la agencia en la

Casa Blanca, Julie Pace, en los que escribía a Spicer­ buscando su opinión. Los correos electrónicos tenían las horas 10:27 am y 3:29 pm del jueves 16, aproximadamente 24 y 19 horas antes de que la AP publicara su artículo. Pace no recibió respuesta. Easton también dijo que la agencia tampoco tuvo suerte con el Departamento de Seguridad Nacional. “AP tenía el borrador, se esforzó por obtener comentarios y publicó su historia cuando parecía razonable suponer que estábamos siendo obstruidos”, dijo. La Casa Blanca reconoció más tarde la autenticidad del borrador del memorándum, pero refirió que la propuesta no se está considerando seriamente. La búsqueda de comentarios oficiales es una obligación fundamental para los periodistas. Hacerlo es una cuestión de justicia, ya que otorga a los funcionarios la oportunidad de dar su versión de los hechos. También hace que los artículos sean más precisos; las fuentes oficiales a menudo indican errores y proporcionan información adicional que cambia o refuerza un artículo antes de su publicación.

En su conferencia de prensa el jueves 16 de febrero, sin embargo, Trump afirmó que los medios estaban perpetuando “noticias falsas” al no buscar comentarios. “Nunca recibo llamadas telefónicas de los medios”, dijo en un momento. “¿Cómo escribieron un artículo como ese en el Wall Street Journal

(sobre la comunidad de inteligencia) sin preguntarme, o cómo escribieron un artículo en The New York Times (sobre el caótico ajuste del equipo de Trump a la Casa Blanca), y lo pusieron en la primera plana?” (Spicer también se opuso a este último artículo después). Ambas publicaciones dijeron que hicieron grandes esfuerzos para conseguir la versión de la Casa Blanca. El portavoz del diario, Steve Severinghaus, dijo que sus reporteros hablaron con un funcionario de la Casa Blanca y el portavoz de la Oficina de Director de Inteligencia Nacional mientras compilaron su artículo. “Ambos hicieron comentarios para la pieza”, dijo. “Eligieron no poner al presidente al teléfono”.

Los periodistas Maggie Haber-man­ y Glenn Thrush, quienes escribieron la historia sobre la transición de Trump, han sido inusualmente públicos sobre sus frustraciones con los portavoces de Trump. “Los últimos 14 correos electrónicos que he enviado a su secretario de Prensa han quedado sin respuesta”, escribió Thrush en Nytimes.com.

Haberman escribió: “Envíe un correo electrónico a su oficina de prensa casi todos los días, y Sean Spicer y (su asistente de secretaria de prensa) Sarah Huckabee se niegan a responder a mis correos”. Ella también tuiteó que “la oficina de prensa financiada por los contribuyentes que tiene horas para dedicarse a enfocarse en los artículos de intriga palacial y en perfiles no responde a las preguntas rutinarias”.

Haberman dijo por correo que Spicer y su personal “pueden sólo estar abrumados” y, por tanto, ser incapaces de responder de manera oportuna. “La oficina de prensa de la Casa Blanca siempre ha sido un trabajo muy exigente, pero tendrías que preguntarle a Sean o a

Sarah” por qué no han respondido. Algunas fuentes, sin embargo, sugieren que Haberman y Thrush están recibiendo un trato frío debido a los artículos que la Casa Blanca puso en duda. Una teoría menos caritativa —una de las disputas de Spicer— es que la Casa Blanca está jugando un juego pasivo-agresivo: no responder promueve los intentos de Trump de socavar a los medios dejando que las falsas afirmaciones se mantengan en las noticias para desacreditarlas más tarde.

“No hay excusa para callar a los medios simplemente con el fin de castigar su credibilidad para dar informes verdaderos”, escribió el blogger Ben Shapiro en respuesta al artículo de la AP sobre la inmigración. “No me extraña que nadie sepa ya qué creer”.

Algunos periodistas dicen que la mejor manera de obtener una respuesta de la Casa Blanca es estar allí; Spicer y su personal son a menudo accesibles en sus oficinas del ala oeste, dijeron. Pero ni siquiera eso ofrece garantías. Cuando la crisis que rodeaba al consejero de seguridad nacional, Michael Flynn, se coronó con su renuncia, los reporteros se plantaron en la oficina de Spicer. Finalmente fueron recompensados con una declaración de Spicer y una breve aparición de Trump después de dos horas de espera.

 

El “enemigo del pueblo estadounidense”

El Economista

AMANDA ERICKSON / THE WASHINGTON POST

26 de febrero de 2017

El presidente Donald Trump no es conocido por su sutileza. Pero incluso bajo esta norma, su tuit de la noche del viernes pasado fue extremo. Trump llamó a los medios de comunicación “el enemigo del pueblo estadounidense”.

El New York Times, que fue específicamente mencionado, entre otros, lo calificó de “una escalada notable” de un líder que “castiga rotundamente a los periodistas”.

Gabriel Sherman, editor de asuntos nacionales de la revista New York, lo describió como “un discurso dictatorial completo”.

No están siendo pedantes.

El enemigo del pueblo es una frase “típicamente usada por los líderes para referirse a gobiernos extranjeros hostiles u organizaciones subversivas”, escribió el New York Times. “También se hizo eco del lenguaje de los autócratas que buscan minimizar el disenso”.

¿De dónde viene la expresión? En su encarnación original, “enemigo del pueblo” no era lo que se decía en lugar de “enemigo de mi régimen”. En uno de sus usos más tempranos, la frase se usó para describir a un líder mismo —Nerón. El gobernante romano era un emperador desastroso y descuidado, además. Mientras su país caía en la ruina, forzado por los costos de construcción y una devaluación masiva de la moneda imperial, Nerón pasó unas vacaciones en Grecia. Disfrutaba de actuaciones musicales y teatro. Fue llevado en carro a algunos Juegos Olímpicos. Consideró la posibilidad de construir un canal a través del Istmo de Corinto.

Cuando volvió a casa, la clase política estaba enojada. Y no ayudó en lo absoluto que ignoró una revuelta en la Galia. El Senado se enfureció tanto que declaró a

Nerón un enemigo del pueblo y elaboró planes para su detención y ejecución.

Nerón se quitó la vida después de un fracasado intento de huir.

El término cayó en desuso entre la clase política, aunque apareció en la literatura y el arte. En su mención más famosa, Henrik­ Ibsen escribió una obra en 1882 llamada Un enemigo del pueblo. Cuenta la historia de un médico que casi es expulsado fuera de la ciudad debido a un artículo que escribió vituperando al gobierno. La idea llegó a Ibsen después de su propio encuentro con la infamia —su obra Fantasmas desafió la hipocresía de la moral victoriana y se consideró indecente.

Adolf Hitler era supuestamente un admirador de Ibsen. (Algunos historiadores creen que él leyó las obras como una profecía del Tercer Reich).

Según los informes, leyó Un enemigo del pueblo con mucho cuidado, incluso entretejiendo algunas líneas clave en sus discursos. Su administración desplegó esta retórica para describir al principal enemigo de Hitler: los judíos. “Cada judío es un enemigo jurado del pueblo alemán”, escribió el ministro de Propaganda Joseph­ Goebbels en 1941. “Si alguien porta la estrella judía, es un enemigo del pueblo. Quien haga negocios con ellos debe ser tratado como judío. Ganará el desprecio de todo el pueblo, porque es un cobarde que le abandona para estar del lado del enemigo”.

Al mismo tiempo, los líderes de la Unión Soviética estaban transformando al enemigo del pueblo en una herramienta importante para la opresión y el silenciamiento de los enemigos. Vladimir Lenin­, fundador de los bolcheviques, usó “los enemigos de los pueblos” como un sello para estigmatizar a cualquiera que no se alineara con su doctrina cuando estalló la revolución. Los enemigos de la gente fueron condenados al ostracismo e incluso sus amigos estaban bajo sospecha.

Para los adversarios de Joseph Stalin­, ser calificados como un enemigo del pueblo era una sentencia de muerte. El líder soviético desplegó este lenguaje contra los políticos y artistas que no le agradaban. Una vez marcados, los acusados fueron enviados a campos de trabajo o asesinados.

En el mejor de los casos, a un enemigo se le negaría la educación y el empleo. “Es una de las frases más polémicas de la historia soviética”, dijo Mitchell Orenstein­, profesor de estudios de Rusia y Europa del Este en la Universidad de Pensilvania, a Voice of America (VOA).

“Para Lenin y Stalin, los periodistas e intelectuales que no compartían su punto de vista estaban entre los enemigos más odiados”, dijo a VOA el profesor de la Universidad de Washington Serhiy Yekelchyk­. “Al atacarlos, ambos apelaron al pueblo”.

El dictador chino Mao Zedong desplegó la frase en contra de la gente que hacía crítica de sus políticas y dictados. El líder, que creó una hambruna que mató a 36 millones de chinos, estaba obsesionado con identificar y erradicar a sus enemigos.

Como Zhengyuan Fu explicó en Tradición autocrática y política china, todos los miembros de la sociedad china, incluso los niños, fueron llamados a erradicar a los terratenientes, maestros, intelectuales y artistas que se oponían a Mao. Escribió:

“Los miembros de la sociedad se dividen en dos categorías principales: el ‘pueblo’ y el ‘enemigo de clase’. El pueblo describe el grupo dentro del cual están los trabajadores, campesinos pobres, de clase media baja, soldados y personal dirigente. Los ‘enemigos de clase del pueblo’ se refieren al grupo de salida… un grupo asignado de manera altamente arbitraria cuyos miembros son definidos por el estado del partido.

“Mientras que el ‘pueblo’ se describe en términos de ‘calidez, amistad, franqueza, valentía y todo lo que es bueno’, escribe Fu, los enemigos de clase son ‘crueles, astutos, moralmente degradantes, siempre intrigantes y malvados’. En el campo de enemigos estaban quienes a menudo eran encarcelados”.

hoy en día, el término “enemigo del pueblo” todavía se utiliza. Pero sobre todo, lo oyes de parte de los dictadores. (A los jefes de los antiguos países soviéticos les gusta particularmente esta frase. No le puedes enseñar un truco nuevo a un perro viejo, etc.).

Nunca antes había sido pronunciada la frase por un líder del mundo libre. Una muestra más de que la Presidencia de Trump no tiene precedentes en la historia de EU.

 

Censura

Nueva campaña del ‘NYT’ desata más críticas de Trump

Aristegui Noticias

Redacción

26 de febrero de 2017

El diario estadunidense The New York Times utilizó hoy la ceremonia de los premios Oscar y su auditorio global de más de 100 millones de espectadores para llamar la atención sobre la campaña del presidente Donald Trump contra la prensa.

“La verdad es dura… La verdad es difícil de encontrar… La verdad es difícil de conocer… La verdad, más importante ahora que nunca”,  indicó un anuncio de la publicación, de 30 segundos de duración, en letras negras sobre un fondo blanco.

El anuncio omitió el nombre del presidente estadounidense, pero aludió a las políticas y a las expresiones de Trump y de sus colaboradores, así como a la controversia sobre los contactos de personeros del mandatario con Rusia, actualmente bajo investigación del FBI.

“La verdad es que nuestra nación está más dividida que nunca… que los hechos alternativos son mentira… que los medios son deshonestos”, señaló el mensaje.

“La verdad es que nosotros tenemos que proteger nuestras fronteras… que su política de refugiados es una forma de veto a los musulmanes… que todos necesitamos una investigación plena de los vínculos… que filtrar información clasificada es un verdadero escándalo”, finalizó el anuncio.

Aún antes de su divulgación durante la transmisión de la ceremonia televisada, el anuncio se hizo viral en las redes sociales, lo que motivó una crítica del presidente Trump en su cuenta de Twitter.

“Por primera vez, el decadente @nytimes divulgará un anuncio (uno malo) para ayudar a salvar su alicaída reputación. ¡Mejor que trata de reportear de manera exacta y justa!”, escribió Trump.

The New York Times fue uno de los cinco medios informativos –junto a CNN, Los Angeles Times, Politico y Buzzfeed— excluidos el viernes pasado de una sesión informativa celebrada por el vocero presidencial Sean Spicer.

Algunos de esos medios provocaron la molestia de la Casa Blanca cuando reportaron que Rusia tenía información comprometedora sobre Trump.

CNN reportó, por ejemplo, que la Casa Blanca pidió al FBI desmentir las historias de los contactos de colaboradores de Trump con Rusia.

El incidente se produjo sólo hora después que el presidente Trump renovó sus ataques contra la prensa estadounidense, en el marco de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).

“No estoy en contra de los medios. No estoy en contra de la prensa. No me importan los malos reportajes si me los merezco… Pero estoy en contra de las noticias falsas… estoy en contra de las personas que inventan historias y fuentes”, dijo el presidente.

A lo largo de apariciones desde su campaña presidencial y después como mandatario, Trump ha caracterizado a los medios informativos como enemigos del público estadounidense.

 

Portavoz de la Casa Blanca revisa celular a empleados

El Universal

Agencias

27 de febrero del 2017

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, revisó los celulares de varios colaboradores con el objetivo de asegurarse que no fue alguno de ellos quien compartió a periodistas la información que ha puesto en jaque al gobierno del presidente estadounidense Donald Trump.

Según dieron a conocer CNN y Politico —que fueron algunos de los medios vetados el viernes pasado de la sesión informativa diaria del portavoz—, Spicer llamó esta semana a sus colaboradores para una “reunión de emergencia” en su oficina, en la cual les comentó su frustración por las recientes filtraciones de datos y les advirtió que el uso de aplicaciones para encriptar mensajes viola las normas federales.

Tras la llamada de atención, el portavoz les pidió sus teléfonos celulares para corroborar que no utilizan ese tipo de aplicaciones y revisar que no hubieran enviado mensajes a periodistas.

Según Fox News, que cita a dos funcionarios del gobierno, “cerca de dos docenas” recibieron el aviso de entregar sus teléfonos.

De acuerdo con las fuentes anónimas citadas por CNN, después de revisar los teléfonos, Spicer les pidió a todos los presentes que no dijeran nada sobre esa reunión y los esfuerzos de la administración Trump por detener el flujo de información en los medios.

La relación del presidente y la prensa está en un momento de gran tensión, ya que las restricciones de la Casa Blanca a ciertos medios causó indignación. Ello aunado a los comentarios en los que el mandatario calificó de “deshonestos” y “enemigos del pueblo” a los medios y aseguró que “el público no les cree más”.