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-Condiciones laborales

 

 

Periodismo, el accidentado oficio de contar

El Informador

Redacción/JADS

28 de marzo de 2014

 

 

Alejandra Xanic Von Bertrab, con el Premio Pulitzer en su escritorio, todos los días se sigue preguntando si debería estar vendiendo panes de miel para ganarse la vida en lugar de ser reportera.

 

Antes de publicar una serie de reportajes en The New York Times junto con el periodista estadounidense David Barstow y ser reconocida mundialmente, obtenía trabajos de ciclo corto para financiar económicamente sus proyectos largos.

 

Robaba horas de sueño en la mañana y los fines de semana durante los 18 meses que se dedicó a revisar papeles en dependencias gubernamentales y planes de construcción de supermercados en Teotihuacán.

 

«No tiene nada de sexy eso», dijo Xanic en su explicación de cómo encontró las pistas que develaron los sobornos con la que la trasnacional Walmart abrió decenas de tiendas en México entre 2003 y 2005.

 

Cuando habla, la egresada del ITESO seguido se detiene para hacer una observación humilde, casi ingenua, de las implicaciones de su trabajo. Paréntesis lingüísticos que más allá de provocar empatía –y hasta risas– en los asistentes a su conversatorio, abrieron la ventana a la intimidad del hacer periodístico.

 

Este oficio, en la experiencia de Xanic, está lleno de accidentes, como aquellos de la infancia que vivía con su padre cada vez que su coche destartalado se descomponía a la mitad del camino. Con todo y eso, sus dudas y las complicaciones financieras de ser freelance, recuerda que su razón para seguir en este campo es que el periodismo satisface su curiosidad, además de que le da el poder hacer visibles las cosas que sí importan.

 

El viernes 28 de marzo, la Primera Jornada de Periodismo y Comunicación Pública del ITESO arrancó con la charla con esta periodista que comenzó su carrera en Guadalajara como reportera en el periódico Siglo 21.

 

En la conversación sobre periodismo de investigación que sostuvo con Iván González Vega, periodista de El Informador y profesor del ITESO, contó que ni su primer trabajo ni su emblemática contribución a los reportajes sobre las explosiones del 22 de abril 1992 estuvieron exentos de accidentes.

 

«Fue un premio nacional con falla ortográfica», dijo al recordar que en alguna parte del cuerpo de la nota omitió la letra h en hexano.

 

Los alumnos de la carrera e invitados a la plática levantaban su mano libremente para hacer preguntas; una de ellas fue la de qué había cambiado el galardón, obtenido el año pasado, en su trayectoria como periodista. «Me puso a la vista un paisaje de periodistas haciendo cosas muy interesantes de las que quiero aprender».

 

Mencionó a un periodista de los Balcanes que tiene grupo de blogueros que sigue el dinero financiero de las Islas Caimán en busca de fraudes; a universidades generando contenidos en conjunto con periodistas y alumnos; a La Silla Vacía, portal colombiano que tiene medio millón de lectores y nueve personas trabajando; a El Faro en El Salvador, al Centro de Investigación Periodística en Chile, y en general a ese nuevo fenómeno de periodistas saliéndose de las redacciones a fundar sus propios espacios.

 

Publicar en el periódico estadounidense más respetado del mundo no la hace perder de vista que los retos para hacer periodismo en México, y en Guadalajara concretamente, son muy estimulantes. «El problema es que estamos haciendo mal periodismo y hay que hacerlo mejor, estamos dejándole a la audiencia más dudas de las que resolvemos», comentó.

 

¿El periodismo de investigación resuelve esto? Xanic admitió que no siempre. Ella se introdujo en este género en un principio no tanto porque lo encontrara mejor que la nota diaria, sino porque se consideraba muy lenta para escribir, y al no tener agenda por cubrir de la fuente federal, desarrolló un ímpetu de buscar historias… eso, tras superar el nudo en la garganta con el que despertaba cada que se levantaba por las mañanas sin saber qué haría ese día.

 

«La nota diaria es la madre», declaró, «lo que tenemos que hacer al aprender el diarismo, ahí está la escuela y lo que te da es lo que vuelve al reportero lo que es: agudiza los sentidos para saber qué le importa a los demás y qué le debería importar. Te entrena en advertir lo que es importante, lo que es nuevo, lo que es noticioso».

 

Xanic consideró que en el diarismo la clave está en la rapidez y la capacidad de sostener los hechos, y destacó que, por ejemplo, ahí radica la diferencia entre un tuitero y un periodista.

 

«Periodista es el único que corrobora. El que tuitea no verifica, lo que está haciendo esto es regresarnos al reportero básico que va y verifica, que sigue siendo así de elemental», señaló.

 

Entre logros y hubieras

 

Tener un Premio Pulitzer no exime a nadie del arrepentimiento. Una pregunta de un asistente sobre ello derivó en que, durante el resto de su conversatorio, Xanic reparara en todas las cosas que pudo haber hecho antes, muchas de las que realiza ahora, y otras que tuvo que dejar pasar.

 

Admitió que debió haberse hecho freelance mucho más tarde en la vida, porque considera que las redacciones son importantes en la formación al dotar de instinto, velocidad y número de fuentes.

 

«Siempre trabajé en medios pobres porque ahí pudimos inventarnos cosas. Yo supe de viáticos hasta 12 años después de ejercer; me habría gustado tener un periodo de trabajo en un medio con medios, para foguearme más», contó.

 

Además dijo que le hubiera gustado subirse antes a los nuevos espacios tecnológicos; aunque utilice las redes sociales para investigar, ha escrito un solo tuit en su cuenta. Quiere aprender taquigrafía porque su letra cada vez es peor y si no redacta horas después de escribir sus notas a mano, no puede descifrarlas posteriormente. También le interesa adquirir mejores métodos para archivar y poder utilizar su base de datos para artículos posteriores, porque ya le sucedió el haber perdido grandes oportunidades de publicar por haber extraviado notas de años atrás.

 

«Hay que hacerse de método de guardar en computadora y papel», dijo. «Busquen, provoquen a la universidad, roben ratos a académicos para saber cómo guardan ellos, háganse de un método porque saber guardar te permite encontrar».

 

Satisfacción por el periodismo de impacto «microscópico»

 

Fue en 2012 que Xanic y Barstow publicaron en The New York Times los  artículos «Wal-Mart Hushed Up a Vast Mexican Bribery Case», el 21 de abril, y «How Wal-Mart Used Payoffs to Get Its Way in Mexico», el 17 de diciembre. Un alumno en el conversatorio le preguntó si se siente satisfecha con los cambios generados a partir de su publicación.

 

«Crecí como periodista siendo consciente de que en muchos niveles no pasa nada (después de que se publica una nota)», dijo. Pero explicó que hay niveles microscópicos; niveles como el de uno de los ancianos que protestaron en Teotihuacán muchos años atrás, el cual detonó una bomba casera dentro de uno de estos supermercados y está en la cárcel, dejando a un hijo que piensa que su padre es un loco.

 

Entregarle años después una copia de los reportajes a ese chico de ahora catorce años, en el cual se verifica que su padre tenía razón en protestar, es un nivel minúsculo de impacto que a Xanic le hizo entender que su trabajo sí importa.

 

Esto la anima a seguir en este oficio y no volcarse a una vida más pacífica o mejor pagada.

 

Compartió que al llegar a la redacción de The New York Times y ver cabezas canosas

reafirmó que la suya es una profesión que puede durar muchos años más haciéndola feliz, levantándola por las mañanas o robándole veinte minutos, una hora o dos a una historia que le deja una satisfacción profesional, mientras se mantiene con otras que se obliga a sí misma a gustarle.

 

Y mientras las busca, se provoca accidentes en la vida diaria; cambia de rutas y costumbres, se pierde y se detiene, porque como su padre decía, cuando uno se accidenta es cuando puede darse cuenta de las cosas.

 

«Lo que hago como reportera es procurar accidentes. Cambio mis rutinas para estar expuesta a lo nuevo, para generar propuestas de investigación», platicó.

 

 

 

-Agresiones

 

 

Denuncian ante CIDH agresiones a periodistas en Venezuela

El Universal

EFE

28 de marzo de 2014

 

 

Cinco organizaciones y sindicatos de prensa venezolanos pidieron un seguimiento de la situación de libertad de expresión durante una de las cuatro audiencias sobre Venezuela en el 150 periodo de sesiones de la Comisión

 

Periodistas y activistas alertaron hoy a CIDH del «vacío informativo» y las «agresiones» a periodistas durante las protestas en Venezuela, mientras que esa comisión preguntó al Gobierno si la información en los medios permite a la población estar enterada de «lo que esta pasando en las marchas».

 

Cinco organizaciones y sindicatos de prensa venezolanos pidieron un seguimiento de la situación de libertad de expresión durante una de las cuatro audiencias sobre Venezuela en el 150 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano de la Organización de Estados Americanos (OEA).

 

En Venezuela había un «pequeño silencio que ha venido creciendo hasta llegar a un vacío informativo», coincidiendo con la marcha del 12 de febrero y a la que han seguido otra serie de manifestaciones opositoras, afirmó Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela.

 

Por su parte, Marco Ruiz, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, aseguró que durante las protestas ha habido agresiones a 116 periodistas, mientras que 23 comunicadores fueron «detenidos» y 28 «robados» mientras cubrían las protestas.

 

La relatora especial de Libertad de Expresión de la CIDH, Catalina Botero, preguntó al Estado «por qué se sacó del aire (al canal colombiano) NTN24 y por qué se ordenó una investigación contra CNN en español», y «si es cierto que el Gobierno de Venezuela bloquea o filtra páginas web», como la red social Twitter.

 

«Una persona que está en Venezuela y prende la televisión, ¿sabe lo que esta pasando en las marchas?», se preguntó Botero, a lo que el público presente en la audiencia contestó con un «no».

 

El representante del Estado en la audiencia, el abogado Luis Britto, blandió una montaña de periódicos y dijo que en ellos «no hay la menor inhibición; tratan palmariamente al Gobierno de dictadura, dicen que hay una guerra civil en Venezuela».

 

«¿Cómo pueden reclamar los medios de comunicación que no hay libertad de expresión? ¿Cuál dictadura permite que se publiquen textos que dicen que no hay libertad de expresión?», preguntó.

 

El abogado evitó responder a las preguntas de Botero y también a las denuncias de los manifestantes, a quienes dijo que «no tienen derecho a estar acá» en la CIDH porque «deberían haber agotado las instancias internas» antes de llevar sus quejas a la comisión.

 

Del lado de los peticionarios, Marianela Balbi, directora del Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS), se refirió al «problema de la escasez de papel de periódico» y denunció que hay «30 mil trabajadores directos y 100.000 indirectos amenazados por los retrasos que hoy afectan a toda la prensa escrita del país».

 

Al respecto, Britto opinó que es «una paradoja» que «medios de comunicación que son acérrimos partidarios del capitalismo pretendan que el Estado deba subsidiarlos con dólares adicionales para que compren papel».

 

Carlos Correa, director ejecutivo de la organización no gubernamental Espacio Público, aseguró que se han bloqueado diversas páginas web y ha habido un «proceso de ralentización del servicio de internet» que ha «reducido la capacidad de los routers en momentos en que se producen manifestaciones».

 

«Las garantías asociadas a la neutralidad de la red en Venezuela no se están dando y no hay mecanismos mediante los cuales uno obtenga información transparente», indicó Correa.

 

Los solicitantes de la audiencia pidieron que la comisión «revise con detenimiento la composición del directorio de responsabilidad social de Conatel (Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela) en aras de garantizar su independencia» y que «esté atenta a la libertad en internet» en el país.

 

Además, le solicitaron hacer «un seguimiento a las agresiones, los ataques contra periodistas y ciudadanos por parte de las autoridades, con especial atención a la confiscación y destrucción de material, equipos y la debida investigación que debe realizarse de estas violaciones».