Seleccionar página

Por Juan Larrosa, para Señales de Humo

Mientras los grupos Carso y Televisa protagonizan una gran batalla para saber quién asumirá el mando de los medios electrónicos y los servicios de telecomunicaciones en el futuro próximo, en México, este país de altos contrastes, todavía existen viejos sistemas de comunicación que merecen seguir siendo discutidos y analizados. Y es que muchas veces, en un afán de discutir sobre lo que supuestamente es la vanguardia, se relegan temas igualmente importantes.

En esta entrega, quisiera referirme al sistema de radio en la ciudad de Guadalajara, un sistema muy particular, aunque, creo, guarda muchas similitudes con otras ciudades de la República mexicana. Esta industria ya es vieja, pues comenzó a operar en nuestro país en los primeros años del siglo XX y según los estudiosos del tema, es en la década de 1930 cuando la radio deja de ser experimental y se encarrila en una ruta de esplendor comercial. Según Francisco Aceves, investigador de la Universidad de Guadalajara, fue en 1924 cuando comienza a operar la primera estación de radio en la ciudad, ubicada en las calles de Prisciliano Sánchez y Colón (aunque no hay precisión sobre este dato histórico) y es también a mediados de la década de los treinta cuando se incorpora con fuerza la radio comercial.

Entre 1930 y 1960 se consolida la estructura del sistema de radio en México: durante este periodo se abrieron la mayor parte de las frecuencias que conocemos actualmente y se fundaron muchas de las empresas y grupos protagónicos en el desarrollo de este medio. Aunque es muy importante estudiar los matices, podemos afirmar que cincuenta años después, la estructura del sistema de radio en Guadalajara no ha variado mucho, pues siguen siendo más o menos el mismo número de estaciones en Amplitud Modulada (AM) y Frecuencia Modulada (FM), aunque sí se han dado mucho cambios con respecto a qué empresas o grupos poseen estas estaciones.

Desde 2007, Quid, el Observatorio de Medios del ITESO, se ha dado a la tarea de contabilizar las unidades del sistema de comunicación de Guadalajara, a través de bases de datos de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL) y de la revista Medios Publicitarios Mexicanos. Según estos trabajos, en la ciudad actualmente existen 51 estaciones de radio, de las cuales 26 se pueden sintonizar en la banda AM y 25 en FM. Muchas de estas estaciones pertenecen a grupos o consorcios que operan a nivel nacional: Radiorama de Occidente es el grupo que más estaciones tiene con nueve, lo que equivale a 18% del total y es seguido por Televisa Radio, con seis estaciones, que representa 12% del total.

De todas estas estaciones, solamente cuatro operan bajo un régimen jurídico de permiso y no de concesión, es decir, que no son comerciales. Estas estaciones son las dos del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión, que podrían ser consideradas como dos radiodifusoras al servicio del Gobierno del Estado, Radio Universidad de GuadalajaraMillenium Bella Música. Lo anterior implica que 92% de las estaciones sean comerciales y tan solo 8% esté destinado a propuestas de medios de comunicación públicos o universitarios, pero por ejemplo no existen en la ciudad radios comunitarias o indigenistas.

La mayor parte de las estaciones tienen una programación mayoritariamente musical (63%) y el resto tienen un perfil de radio hablada (37%); y es también significativo que 78% de los programas sean de producción local, contra un 22% que se hacen en la ciudad de México, un porcentaje que se invierte, por ejemplo, en el caso de la televisión, pues en ese sistema la mayoría de los programas son producidos en la capital del país o en otras partes del mundo. Por último, una serie de datos interesantes sobre la comercialización de los espacios en la radio es la disparidad en sus precios. Por ejemplo, podemos encontrar estaciones como La Z que vende un spot de 10 segundos en mil 500 pesos, hasta una estación llamada 850 Noticias que vende el mismo spot en 141 pesos. O por ejemplo Canal 1140,PlanetaLa Popular, que según Medios Publicitarios Mexicanos venden un spot de sesenta segundos en cuatro mil pesos, hasta la estaciónEstrellas del Caribe, que cobra 450. Como se podrá constatar la disparidad en la comercialización de la radio es alta y bien pueden encontrarse precios muy altos, hasta estaciones de radio que cobran por un servicio similar a un perifoneo, servicio que todavía se puede ver en algunas ciudades medias de Jalisco como Sayula o Ciudad Guzmán.

Según otro ejercicio de monitoreo que realizamos en el Observatorio de Medios en 2008, en ese entonces en Guadalajara se podían sintonizar 923 programas distintos a lo largo de una semana, de los cuales 554 se transmitían en AM y 369 se transmiten en FM. La diferencia entre una y otra banda es que en FM la programación es mayoritariamente musical, lo que hace que haya muchos menos programas, a diferencia de la AM que es una banda en la que abunda la radio hablada. De todos estos programas, solamente encontramos tres de corte educativo y tan solo ocho dedicados expresamente a la población infantil.

Por último, en esta breve radiografía de la radio en Guadalajara habría que preguntarse sobre quiénes la escuchan. Según el “Anuario 2009-2010 de Audiencias y Medios en México del IBOPE”, el promedio diario de radioescuchas en Guadalajara es de un millón 900 mil personas; de ellas casi 500 mil sintonizan la banda AM y un millón 600 mil lo hacen en FM. Y según la “Encuesta Nacional de hábitos, prácticas y consumos culturales” de Conaculta, 76.3% de los jaliscienses dice escuchar la radio y de este universo 27% dice que le dedica entre una y dos horas diarias y 14.5% más de dos. Por otro lado, según esta misma fuente, 44% de los jaliscienses dice que prefiere escuchar “solo música” y 17.3% dice preferir los programas informativos.

Luego de este rápido e intenso recorrido por la estructura, programación y consumo de la radio en Guadalajara, se pueden apuntar algunas conclusiones. La más importante, a mi parecer, es que el sistema está muy descuidado. Pareciera que los empresarios del sector ya no tienen mucho interés en invertir en una industria que si bien ya no reporta las ganancias de hace treinta años, podría explotarse comercialmente aún más. En la radio tapatía abunda la programación musical que poco aporta y que bien puede ser sustituida por un reproductor de música digital personal o por los tradicionales servicios de “música de elevador” que acompañan a las personas en las salas de espera de los dentistas. Sin embargo, creo, la radio todavía puede ser un buen negocio, la pregunta es ¿quién saldrá al quite por esta industria?

Segunda conclusión. Es un sistema de radio con escasa pluralidad. Esto se debe, en primer lugar, a que la mayoría de las estaciones son comerciales. Hacen falta propuestas universitarias, de radios comunitarias y en general, de servicio público. Por otro lado, aunque no es un sistema tan concentrado como el de televisión, sí es posible observar que algunos consorcios acaparan la propiedad de estas estaciones, lo cual, sin duda, atenta en contra de esta pluralidad.

Por último, habría que señalar que en medio de todas las elucubraciones agoreras que despierta la convergencia digital y las nuevas tecnologías, la radio todavía podría ser un medio de comunicación que dinamice a una sociedad, que abone a la construcción de su espacio público, que dé un servicio ciudadano y que busque una diversificación en las fórmulas informativas y de entretenimiento a la programación que se puede escuchar en la ciudad.

Mientras los “gigantes de las comunicaciones” se pelean y los políticos atoran el “apagón analógico”, la radio, siempre la radio, tiene mucho que decir.