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17 de febrero – Mural

Miguel Ángel Granados Chapa

La cuantía de los negocios de telecomunicaciones, la consiguiente pugna por el mercado, el poder político y financiero de los participantes, la feble condición de los órganos que regulan la materia, todo eso propicia una ruda disputa entre los gigantes de las telecomunicaciones. Televisa y Telmex-Telcel libran su refriega ante las autoridades administrativas y bursátiles, en los tribunales y en el campo de la información pública. Mediante mensajes aparecidos esta semana se imputan conductas que son semejantes a las suyas propias, dicen medias verdades a la par que se acusan de mentirosas.

Televisa ha abierto dos frentes de guerra contra las empresas de telecomunicaciones de Carlos Slim. Por un lado, a través de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones (Canitec) combate en el terreno de la telefonía móvil, y denuncia las prácticas de Telcel. Por otro lado, Televisa directamente a través de Sky, su empresa de televisión satelital, intenta crear un litigio con Telmex en ese espacio, a partir del vínculo mercantil de esta empresa telefónica con Dish México.

No hay límite en las acusaciones. Según la Canitec, Telcel es un depredador que «ha cobrado a la sociedad más de $16,000 millones de dólares desde 1999». Así reza uno de los titulares de su mensaje publicado el lunes y el martes pasados. Nada en el resto del desplegado sustenta esa afirmación, sobre la que no vuelve la Cámara, por lo que es evidente su pretensión de escandalizar con imputaciones impertinentes (es decir, que no hacen a la cuestión en litigio) a una empresa competidora de algunas de sus integrantes.

La nuez de este debate es la tarifa de interconexión, es decir el pago que una telefónica debe hacer a otra para completar una llamada. Según Canitec, la tarifa de Telcel por dicho servicio es 127 por ciento más cara «que las establecidas por el gobierno». No hay tales «tarifas establecidas por el gobierno». La Cámara llama de esa manera a resoluciones de la Cofetel y la SCT para resolver litigios particulares. En el que mantenían Axtel y Telefónica en efecto se determinó que el precio a pagar era de 42 centavos por minuto, mientras que el 4 de febrero Telmex pide por la interconexión 95 centavos por minuto. Esa oferta, dice la Canitec, «evitaría la disminución inmediata de las tarifas de interconexión en beneficio de la sociedad mexicana». Telcel dice en respuesta que su anuncio «no obliga, simplemente informa», a diferencia de otros oferentes de dicho servicio que no dan cuenta pública de sus tarifas. Telcel aclara, además, que las resoluciones citadas por Canitec se encuentran en los tribunales, pues la empresa de Slim juzga que no cumplen con elementos como «una metodología de costos transparente, uniforme y de aplicación general».

Con más retórica que argumentos, Canitec llama a la oferta de Telcel «una burla a los competidores, una afrenta a la autoridad reguladora y un desprecio generalizado por los usuarios de telecomunicaciones del país». Éstos apenas aparecen en el fondo de la pelea, sin recibir sino raramente el beneficio de la competencia. Según Telcel, «diversos concesionarios afiliados a la Canitec pagan desde el 2005 tarifas de interconexión menores a las ofrecidas por Telcel» y no trasladan esa reducción a los usuarios.

 

En cuanto a la tv satelital, Televisa ha denunciado a Telmex con la intención de desmantelar a Dish México, que compite con Sky por ese mercado, en que hasta hace tres años reinaba el consorcio de la familia Azcárraga. Como se ha dicho antes, porque la disputa data de entonces, Telmex no es socio sino proveedor de servicios de Dish, a diferencia del alegato de Televisa que al formularlo ante la autoridad pretende que se condene a Telmex por eludir la frontera de su título de concesión, acotamiento que le impide entrar en la televisión y la coloca en desventaja frente a Televisa, que al menos a través de Cablevisión ya opera telefonía móvil.

Si prosperara la pretensión de Televisa, Dish perdería uno de los elementos que le han permitido ser un fuerte y temible competidor de Sky. Dish México (formada por MVS Comunicaciones y Echostar Corporation) recibe de Telmex servicios de facturación y cobranza a través del recibo telefónico, así como la comercialización de sus servicios a través de su vasta red de distribución. Es decir, los usuarios pueden contratar a Dish en las oficinas de Telmex y allí adquirir los decodificadores necesarios para la recepción de su señal. Telmex ofrece servicios semejantes a casi mil empresas privadas y públicas, con las que no mantiene otra relación que esa de proveeduría, tal como ocurre con la competidora de Sky.

«Telmex -asegura en su mensaje de ayer- no participa ni directa ni indirectamente en el capital de Dish México». Pero también advierte: «En el futuro, podríamos participar en una inversión conjunta… en caso de que sea aprobada por las autoridades correspondientes, como Telmex lo ha comunicado reiteradamente en sus reportes bursátiles», tanto a la U.S. Securities and Exchange Commission (SEC) como a la Bolsa Mexicana de Valores.

Descreída de esa afirmación, y temerosa ante el aviso, Televisa ha pedido a la Comisión Federal de Competencia determinar si es verdad que su relación con Dish es de mera prestación de servicios o se trata de una sociedad disimulada. Un fallo adverso a Telmex afectaría a Dish, que se vería obligada a establecer su propia estructura, cuyos costos le impedirían ofrecer su servicio con las tarifas reducidas que hoy le permiten crecer.

Cajón de Sastre

Parece confirmarse que el escritor Jorge Volpi deja la dirección del Canal 22 pues recibirá una encomienda diplomática en Europa. Por lo menos se perciben aprestos para que ocupe el cargo, provisional o definitivamente, la subdirectora Magdalena Acosta, que ha tenido desempeños brillantes en el área cultural. El relevo está produciendo confusiones y discontinuidades. Por ejemplo, se ha aplazado ya dos veces la transmisión de una serie de cinco programas de media hora sobre el periodista Julio Scherer, dirigida por Elvira García. Se había previsto el comienzo para el 24 de enero y luego para el comienzo de febrero. Ya estamos en la segunda quincena de este mes y ni siquiera se ha establecido una nueva fecha para el estreno de una biografía esencial en el México de hoy, por más que no incluya una entrevista con él por su conocido hermetismo.