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Editorial Quid

El Infierno es la tercera parte de la trilogía de Luis Estrada (director, productor y guionista), la cual comenzó con La Ley de Herodes (1999) y siguió con Un Mundo Maravilloso (2006). La obra de este cineasta trata temas poco abordados en los largometrajes mexicanos, como puede ser la política nacional o el narco.

El Infierno cuenta la historia de Benjamín García (Damián Alcázar), quien regresa a su ciudad natal después de 20 años por ser deportado de Estados Unidos  y descubre que ésta es dominada por un poder desconocido.

El infierno es la metáfora que utilizó Luis Estrada para definir al gobierno mexicano luego de 200 años de su independencia. La película se desarrolla en un escenario contemporáneo: el del México actual, en el que el gobierno federal le ha “declarado la guerra” al crimen organizado, guerra que no ha sido del todo exitosa y ha convertido al país en el “propio infierno”

La Secretaría de Gobernación clasificó la película como “C” (adultos), pero el diputado panista, Ricardo García, difundió que no todos los diputados que votaron por la clasificación habían visto la película y por lo tanto no se podía votar por algo que se desconoce. Dentro de la sesión,  el perredista Pablo Gómez respondió: “Ahora resulta que los senadores tienen que ir al cine antes de decidir. Es como un anuncio, pedir que veamos la película y regresemos el jueves a votar” (La Jornada 8/09/2010).

La senadora el PRD, María Rojo, fue quien llevó ante el pleno la propuesta de la reclasificación;

Rojo declaró: “Pedimos su apoyo para que la película sea reclasificada y se abra la posibilidad de que nuestros jóvenes vean el retrato de esta sociedad, que les promete un futuro brillante cuando todos sabemos que el presente, hasta ahora, mientras no lo transformemos, es aterrador” (La Jornada 8/09/2010).

En la conferencia de prensa que ofreció Estrada para presentar su película declaró: «Ayer se nos comunicó por la tarde que oficialmente la clasificación de la película será la que les he dicho. Como cineasta creo que se le está haciendo un daño a los jóvenes, pues nosotros queríamos que a través de El infierno vieran los riesgos que tienen de involucrarse con la delincuencia organizada (Proceso 1/ 03/ 2010).

El humor negro está presente en toda la narrativa de la película, representa la cultura popular del país y de la vida de los involucrados en el crimen organizado. Cada personaje da un toque pintoresco  a la historia y no se deja nada a la imaginación sobre el trato y maltrato que se le da a los llamados “soplones” dentro del crimen organizado. Es una obra muy original que escenifica lo que muchos ya sabemos sobre el arriesgado “trabajo” de los narcotraficantes del país y la parte que conforma  el gobierno en los actos delictivos que realizan, que es en su mayoría un trabajo en conjunto.