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Silencio o Muerte

Carmen Aristegui F.

Llegamos a un punto crítico. Esta semana el gobierno de Felipe Calderón se vio obligado a comprometerse, ante representantes del Comité para la Protección de Periodistas y la Sociedad Interamericana de Prensa, a desarrollar un programa, para octubre, que enfrente la ola de agresiones, crimen, impunidad y censura en contra de periodistas que se ha registrado en México en los últimos años. El efecto acumulado es ya insostenible. El compromiso se adquirió después de un encuentro en el que participó Felipe Calderón y parte de su gabinete con representantes de esos organismos internacionales y se concretó días después de que fuera presentado, en México y en Nueva York, el informe especial del CPJ «Silencio o muerte en la prensa mexicana». Los investigadores Carlos Lauría y Mike O’Connor concluyeron ahí que el crimen, la violencia y la corrupción están destruyendo al periodismo local. Ambos recorrieron México durante cuatro años. Hablaron con decenas de periodistas, quienes les narraron acerca de los peligros que hoy representa hacer su trabajo en México y sobre la «devastadora autocensura» que genera la violencia contra la prensa.

El informe ubica a México como uno de los países más letales para el periodismo y uno de los peores en materia de investigación y esclarecimiento de delitos contra periodistas. Analiza el asesinato de 22 periodistas y tres trabajadores de los medios de comunicación y la desaparición de siete periodistas en este sexenio. Sobre el asesinato de Bladimir Antuna García, reportero de la crónica del crimen, se lee: «…conocía por su trabajo a todos los policías y criminales de Durango. Cuando fue amenazado de muerte, autoridades estatales lo ignoraron. Tras ser asesinado, también lo ignoraron». Sobre Reynosa: se afirma «…el Cártel del Golfo controla al gobierno, la policía e incluso a los vendedores ambulantes. Pero eso no se lee en la prensa local: el cártel también controla a los medios de comunicación».

La crisis es real. 2010 ha sido un año particularmente trágico para la vida intelectual, periodística y cultural de México. Además de la violencia e impunidad contra periodistas, murieron, por otras razones, figuras fundamentales y sustantivas de la conciencia nacional: Carlos Monsiváis, José Saramago (cercano siempre a México), Bolívar Echeverría, Carlos Montemayor y más recientemente el también querido Germán Dehesa; se fueron de un hilo, con el transcurrir de los meses. Se echan de menos sus voces críticas en un país necesitado de explicaciones. El adelgazamiento, por diferentes vías, de la vida intelectual y crítica en nuestro país se agudiza porque -si nos faltara- éstos son días, también, de canallas en la prensa nacional.

No sólo se extiende el fenómeno de la censura y la autocensura producto del miedo y la intimidación. Se dejan ver, con impudicia, también los nexos desarrollados por un pequeño grupo de periodistas envilecidos que se erigen en comparsa y defensores de autoridades reactivas y por demás incompetentes. La infame campaña, de vendetta editorial, desatada contra Reforma por parte de Televisa; el caso de los camarógrafos y reporteros secuestrados en la Comarca Lagunera y los editoriales publicados el viernes y domingo pasados por El Diario de Juárez, donde dirigen su mensaje ya no a una autoridad formal ausente sino directamente al crimen organizado preguntándoles qué pretenden matando periodistas, han sido asuntos que han desa- tado un cruce de acusaciones entre medios de comunicación. Algunos colegas han enfilado baterías -en defensa de la verdad oficial e intereses particulares- en contra de posturas independientes y de los principales periódicos del país: contra Reforma, contra El Universal, contra La Jornada, contra el que respingue. Han ayudado mucho, en estos días por cierto, a identificar el quién es quién de la prensa nacional.

Hablando de: el próximo martes 28 en el Foro Cultural Chapultepec será presentado Por la izquierda, el libro de Silvia Cherem sobre el maestro Miguel Ángel Granados Chapa, quien cuenta «medio siglo de historias en el periodismo mexicano». De Khálida editores, participarán José Woldenberg, René Delgado, la autora del libro y quien esto escribe. Inmejorable momento para comentar sobre la vida y obra de un periodista de excepción.