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Miguel Ángel Granados Chapa
PLAZA PÚBLICA Reforma

Acausa de su rompimiento con su heredero Ernesto Zedillo, a quien le jugó la mala pasada de entregarle un país roto económica y políticamente, el ex Presidente Carlos Salinas se vio obligado a suspender su proyecto de gobernar más allá de su propio sexenio. Ese objetivo suponía varios modos de realización. El más obvio era reeditar el maximato callista -en el entendido de que, según la sentencia marxista hay acontecimientos que se viven como tragedia y su reedición como comedia-. No era otro el propósito de designar candidato a Luis Donaldo Colosio, una figura sin existencia propia y con luz y fuerza vicarias, las que le proyectaba el propio Salinas. Cuando éste advirtió tempranamente que acaso Colosio no resultaría dócil como él esperaba, consideró necesario sustituirlo, medida que hizo posible el asesinato del candidato y su reemplazo por otro aspirante inexperto, sin presencia pública y sin apoyos más allá de los que el propio Salinas le brindaba. Otro de los caminos a recorrer para seguir gobernando más allá de 1994 consistía en asegurar el control de un buen número de Estados a través de sus amigos subordinados enviados a gobernar en calidad de virreyes. Y otro más fue consolidar alianzas con intereses financieros y económicos permanentes.

miguelangel@granadoschapa.com
Opinión Completa:
http://www.mural.com/editoriales/nacional/502/1002155/